Una propiedad sobria y templada que también comparte la construcción de la piscina orientada al mar, gran protagonista y sobre el que gira la vida exterior de la casa. La idea de bienestar y relax inunda los exteriores de esta finca con poca pendiente como punto de encuentro para comidas y cenas. Ubicada entre la carretera costera de Moraira a Calpe, en una zona residencial de absoluta tranquilidad y protegida de miradas ajenas, convierten este inmueble en un privilegiado refugio, amoldado a la climatología y al estilo de vida de esta zona. En el interior de la vivienda los espacios amplios y de comunicación fluida se respetan con una selección de mobiliario que se caracteriza por la limpieza de sus líneas y la belleza .Los elementos fluyen sin estridencias ni contraste, ya que se supo dosificar de modo que no perdiera un ápice de naturalidad. A pesar de su pureza formal, no hay peligro de que la atmósfera resulte fría o impersonal, pues las cálidas texturas y los complementos decorativos desprenden una sensación acogedora. Esta finca ofrece un espacio mágico que recoge color, formas y bellezas a partes iguales ubicados junto el fascinante mar Mediterráneo.

• Chimenea
• TV satélite
• Terraza
• Electrodomésticos
• Trastero
• Calefacción central