villa con vistas al mar en mar azulPoderosa, majestuosa y rodeada de una salvaje y fascinante naturaleza esta villa palaciega con impresionantes vistas panorámicas eternas (por la imposibilidad de construir a su alrededor) sobrevuela el fascinante mar Mediterráneo y el pintoresco paisaje del norte de la Costa Blanca. Protegida de las miradas externas, tres grandes puertas de madera localizadas a diferentes niveles dan acceso a un hechizador y paradisíaco jardín que envuelve la propiedad. El exterior ofrece hermosas palmeras de diversa variedad, intenso césped y una esmerada zona de piscina con amplias terrazas descubiertas. El encanto que brinda con la diáfana luz diurna del Mediterráneo es hermoso, pero especialmente es al anochecer cuando todo el conjunto transmite un hechizo de palacio de hadas gracias a su bonita iluminación y a las vistas de ensueño de sus alrededores. Una impecable pista de tenis de tamaño profesional, y como nota extravagante se nos presenta una pajarera con tres magníficos ejemplares de guacamayos azules de las barbados, que colorean y animan el ambiente. La vivienda de moderno estilo clásico muestra una interesante distribución. La impresionante arquitectura de escalinatas y terrazas pone de manifiesto la excelente calidad de construcción. Considerables y nobles estancias se distribuyen repartidas en tres plantas. Su constructor empleó en los distintos materiales las mejores calidades y equipó la vivienda con una selecta dotación técnica para asegurar un confort al gusto y el aprecio de los suizos. Especial mención a la diáfana claridad que aporta la acertada decoración con selecto mármol de de tonos crema en los suelos, innumerables puntos de luz halógena y amplios ventanales de vidrio que además capturan el poderoso paisaje exterior. Diversos dormitorios con sus correspondientes baños ofrecen intimidad y amplio espacio para los huéspedes.