Villa blanca con vistas al mar: luminosa, clara, clásica, moderna – de fascinante y marcada arquitectura. Una decoración atractiva e imaginativa, formando un conjunto fascinante, una combinación muy sugerente y pintoresca en todo el inmueble. Los espacios interiores, la cocina de verano, maravillosas terrazas y preciosas zonas exteriores están parcialmente conectadas entre sí y son accesibles mediante amplios frontales acristalados que transmiten esta inigualable sensación de vida al aire libre. Tiene piscina climatizada y terrazas soleadas, que, claro está, se iluminan durante las largas noches de verano. Los espacios interiores son variados, de medidas agradables y exquisitamente decorados. También aquí son muy sugerentes los contrastes, siendo sin embargo las notas predominantes la fresca elegancia y el amor por los encantadores detalles. Situada en el campo, en un emplazamiento soleado, tranquilo y sólo a pocos minutos del centro histórico, es una residencia preciosa, muy cuidada y por sus características, también idónea para ofertarla en alquiler.