Su apariencia es como la costa misma, un infinito refugio de una belleza arrebatadora. El norte de la Costa Blanca siempre gozó como favorito especial de la naturaleza, y se caracterizó por sus blancas y maracantes rocosas precipitadas al mar, y otras, como verdes pinares que desembocan en pintorescas bahías. Ahí, en lo mas bello de la costa, se encuentra esta increíble propiedad. Tras sus enormes puertas, una amplia entrada conduce hacía arrbia, hasta llegar a la soprendente residencia con sus dos induviduales casas para húespedes, a primera linea del mar. La vivienda principal, una fascinante mezcla de templo incas y de moderno complejo de hotel de lujo, esta rodeada de naturaleza incomparable con reminiscencias de siglos pasados, a pesar de su novedoso y selecto equipo tecnológico. Los exteriores, de artístico y noble acabado, adaptado a las maravillas que ofrece el panorama, así como su grandiosa arquitectura, de lo que resalta ser como un auténtico pictórico. La selección de los materiales de contrucción, solo de primerísima calidad, son siempre una sugestiva combinación, que en este caso fué un logro. Sus líneas claras y casi severos, pero con cada cimbra lisonjeada creando fondo para una exquisita y selecta decoración. De esta manera por ejemplo la mesa de comedor consite en una enorme piedra mármol encerrada de extraordinaria coloración. El propio arte de la colocación de los azulejos en baños y en la cocina muestran el encantador estilo de artesanía levantino. Las ventanas hábilmente instaladas, acentuan la luminosidad del ambiente mediterráneo. Todo parece auténtico, natural y hecho con selecta maestría. Una residencia de los que en perfección y en belleza, no fácilmente, se encuentra.